CUIDADO CON LOS 50

 En la columna del mes de Mayo
(Operación Gibraltar 1ºParte), les conté brevemente sobre uno de los personajes mas siniestros del siglo XX. El comisario general Alberto Villar, jefe de la Policía Federal. Villar era un policía de raza, represor nato, la patota lo veneraba como a un símbolo y así murió en un atentado guerrillero el 1º de noviembre de 1974.
En esta nota les voy a contar, sobre otro de los personajes mas siniestro y nefasto del siglo XX, que también fue jefe de la Policía Federal y que también murió, en un atentado, en este caso, anarquista, el 14 de noviembre de 1909, el Coronel Ramón L. Falcón.
 Falcón se destaco por su crueldad, reprimiendo con mano de hierro, las manifestaciones y huelgas a comienzos del siglo XX.
 En el año 1907 , se anunció el aumento de los alquileres de las piezas de los conventillos y en agosto de ese año comenzó en las 132 piezas del conventillo de la calle Ituzaingó nº 279  del barrio de Barracas una huelga que duró 3 meses y que se extendió a las 2500 casas de inquilinato de la ciudad de Bs. As. que poseían  49000 habitaciones, donde vivían  951000 personas. La famosa huelga de los conventillos, consistía en no pagar los alquileres hasta que bajaran.  El sanguinario Coronel Falcón entraba a los conventillos en huelga de pago a punta de sable, agua fría y balas, reprimiendo hombres, mujeres y niños a mansalva. 
 El 1ºde mayo de 1909 (la semana roja) , Falcón reprimió con dureza una marcha obrera, organizada por la F.O.R.A. (Federacion obrera de la República Argentina) en la plaza Lorea, que esta detrás de la plaza del congreso, donde quedaron oficialmente 11 muertos y 105 heridos (aunque dicen que los muertos fueron mucho más).
5000 personas se reunieron frente de la morgue para reclamar los restos de los muertos y en el entierro otra vez Falcón reprimió llevándose los cadáveres.
 En ese entonces el Coronel era el enemigo nº 1 del pueblo, especialmente de los Anarquistas, Socialistas , Sindicalistas y de los que estaban  sometidos a sus agresivas represiones. Pero hay un viejo adagio que dice: “Nadie puede escapar a las consecuencias de sus actos” y así fue. Habia muerto el director de la Peniteciaría Nacional, que estaba en la Av. Las Heras y Coronel Díaz : Antonio Ballve, lo velaron en Barrio Norte. El Velorio duro todo el día y al otro día el 14 de Noviembre de 1909, lo enterraron en el cementerio de La Recoleta. Después de las respectivas condolencias, Falcón se retiró del entierro junto a su secretario Juan Lartigau (un joven de 20 años), en el pescante del carruaje descapotado lo esperaba el “Tano” Ferrari, su chofer oficial. Los caballos comenzaron a trotar y Falcón se fue. En la esquina de las calles Quintana y Junín, Falcón y Lartigau encontraban la muerte, un anarquista ruso llamado Simón Radowisky, arrojo una bomba dentro del auto que terminó con sus vidas.
Radowisky fue apresado y enviado al penal de Ushuaia.
Como frutilla del postre si algo le faltaba al coronel Falcón para  generar más odio del que el pueblo le tenía, creo en diciembre de 1906 un edicto policial, donde se castigaba con $ 50.- de multa al hombre que le dijera un piropo a una mujer. El cual en detalle decía: “Se recuerda al personal policial  el deber que le esta atribuido por la reglamentación vigente para velar por la moral y las buenas costumbres, así como el de impedir que nadie sea molestado ni provocado con ademanes o palabras que infieran ofensas al pudor”. provocado con ademanes o palabras que infieran ofensas al pudor”.
 Angel Villoldo, hombre de Barracas, había nacido el 16 de febrero de 1861, tipógrafo del diario “La Nación”, Tramoyista del circo de los hermanos Rafetto, escritor de letras de la comparsa del barrio de barracas “Nenes de Mama viuda”, letrista y músico de tangos, como “El esquinazo”, “La morocha” y “El choclo”. No se le pasó por alto este detalle y escribió en el año 1907 un tango poco cantado  y poco grabado, evocando al edicto de Falcón: “ Cuidado con lo 50”, que en su letra dice: “ Una ordenanza sobre la moral / Decretó la dirección policial  / Y por la que el hombre se debe abstener / de decirle palabras dulces a una mujer / Cuando una mujer hermosa veamos venir / ni un piropo le podremos decir / No habrá mas que mirarla y callar / Si apreciamos la libertad /                               ¡ Caray ¡ No se porque prohibir al hombre que le diga un piropo a una mujer / ¡ Chito ! No hablar, porque al que se propase cincuenta le harán pagar / Yo cuando vea cualquier mujer, una guiñada de ojo solo le haré / y con cuidado / que si se da cuenta ¡ Ay! de los cincuenta no me salvare / Mucho cuidado se debe tener / Al encontrarse frente a una mujer / yo por mi parte cuando alguna vea / por linda que sea nada le dirá.
En aquel entonces no existía SADAIC, las canciones no se registraban, muy bien asesorado Villoldo registró sus canciones en Francia y en el año 1920 le llegó una importante suma de dinero por los derechos de autor de las mismas, pero Angel Villoldo había muerto 14 de octubre de 1919.