“TANGO, SE ESCRIBE CON “T” DE TROILO ”

 A mediados de la década del ´90, yo vivía a la vuelta de un kiosco que estaba ubicado en la esquina de Bmé. Mitre y Colón de Ramos Mejía y asiduamente iba a sacar fotocopias al kiosco, a la noche estaba el marido de la dueña que lo ayudaba y que tenía la horrible costumbre de mirar lo que yo fotocopiaba y encima hacerme comentarios al respecto.
Generalmente yo sacaba fotocopias de tango, futbol o historia. El hombre le contó a su mujer y un día la mujer me encaró y me dijo : “Mi papá era bandoneonista de una orquesta típica y una vez  me contó que Troilo, tal vez no halla sido técnicamente el mejor bandoneonista que él escuchó, pero nadie absolutamente nadie, tocó el bandoneón con el sentimiento con que lo tocó Anibal Troilo “Pichuco”.
Con sólo por haber compuesto “Sur” y haber interpretado “Quejas de bandoneón” de Filiberto como lo hizo, Anibal Troilo tiene un rol indiscutible en la historia del tango. Por eso y mucho más que eso “Pichuco” mereció el titulo del “Bandoneón Mayor de Bs. As.”, que nadie le discutió y que lo consagró en una auténtica leyenda porteña.
 Troilo heredó la calidad de Pedro Maffia, la línea conductiva de Pedro Laurenz y el fraseo conversador de Ciriaco Ortiz, pero desde siempre fue poseedor de un fraseo diferenciado que derivaría en una inconfundible manera de interpretación, arrancando notas de su pentagrama intimista, Troilo sonaba a él hasta en los silencios.
 Aníbal Carmelo Troilo nació el 11 de julio de 1914 y desde la cuna lo apodaron “Pichuco”. Los Troilo vivieron en la calle Cabrera 2937 de la ciudad de Bs. As. hasta 1915, cuando por la muerte de su 2° hija, dejaron su casa  familiar con su lacerante historia y se mudaron a la calle Soler 3280 también de la ciudad de Bs. As., la cual desde entonces y hasta hoy será la casa de “Pichuco”. Troilo desde chico quiso ser bandoneonista y tocaba el fuelle con una almohada en sus rodillas, hasta que su madre doña Felisa Bagnolo en el año 1925 le compró su primer bandoneón a $ 120.- a pagar $10.- por mes, a los 12 años tuvo que enfrentar la muerte de su padre.
 Al año exacto de su muerte cortó algunas flores del jardín de su casa se fue al cementerio y juro sobre su tumba que estudiaría el bandoneón.
 Apenas 6 meses de clases con el maestro Juan Amendolaro, otro tanto con Alfredo de Franco y 10 clases con el gran Pedro Maffia, esto sumado a una extraordinaria capacidad autodidacta, hizo que este niño gordo madurado a golpes de la vida debutara de pantalones cortos, en una orquesta de señoritas en el café “Ferraro” de la Av. Cordoba y Pueyrredón.
Tenia 13 años y los bolsillos llenos de miedos, era el año 1927. Ya le había salido del sonido de su bandoneón su 1° tango: Boedo de Julio De Caro. Luego llega el entreacto en el cine “Medrano Palace” de Corrientes y Medrano donde entre película y película y el voceo del vendedor de golosinas, el joven Aníbal Troilo, acompañado por un pequeño conjunto, empieza a hacer sus primeras armas. En el año 1929 ameniza las tardes y las noches del cine “Garay” con el sexteto de Alfredo Gobbi (h). En el año 1931 se integra a la orquesta de Juan Maglio “Pacho” y empiezan a tocar en el café “El Germinal” de la Av. Corrientes. En 1932 integra el grupo los provincianos que dirige el bandoneonista Ciriaco Ortiz y debutan en el cabaret “Casanovas”.
En 1933 se sumo a la orquesta de Julio na hermosa griega, nacida en la isla de Rodas, que un día del año 1931 paso por el café “El Germinal” junto a su abuela Zafira, entro, lo vió, escuchó su música y nunca más se pudo separar de él, su nombre Dudu Ida Calachi pero en el ambiente sera conocida como “Zita”, la jermu de “Pichuco”. De Caro y hace línea de bandoneones junto al gran Pedro Laurenz. Pasó por otras agrupaciones menores hasta que el 1° de julio de 1937 en el cabaret “Marabú” ubicado en Maipú 359 de la ciudad de Bs. As. junto al piano del legendario Orlando Goñi y la voz inconfundible de Francisco Fiorentino, Anibal Troilo “Pichuco” debuta con su primer orquesta típica. El secreto del éxito de “Pichuco” durante tantos años no sólo fue haber sido un excelente ejecutante del bandoneón, ni haberse rodeado de grandes músicos y cantores sino que también la vida le dió una compañera de fierro, la mujer ideal para cualquier calavera. Una hermosa griega, nacida en la isla de Rodas, que un día del año 1931 paso por el café “El Germinal” junto a su abuela Zafira, entro, lo vió, escuchó su música y nunca más se pudo separar de él, su nombre Dudu Ida Calachi pero en el ambiente sera conocida como “Zita”, la jermu de “Pichuco”.          Después de aquel 1º de julio de 1937 en que Aníbal Troilo debutó con su 1º orquesta típica en el cabaret “Marabú”, a Pichuco lo esmerarían más de 30 años de exitos al frente de su agrupación con diferentes formaciones, su 1º cantor fué Francisco Florentino (1937 / 1944)  el último Tito Reyes (1963 / 1975) .
Troilo era un Decareano, tenía el estilo de Don Julio De Caro con quien había tocado haya por 1933, su orquesta empezó tocando sin arreglos escritos y sin pretensión estilista alguna, pero estaba llamada a convertirse en una de las mayores referencias de la historia del tango. A partir de 1938 la orquesta se va consolidando y comienza a tener un estilo propio, tan influyente como inimitable, el bandoneón de Troilo se ira definiendo como una voz absolutamente propia en la que resuenan acordes de todos sus antecesores, fraseaba con capricho su mano izquierda en el teclado de su bandoneòn como se puede escuchar en la grabaciòn de “Malena” del año 1952 cantada por Raùl Beròn (1951/1955). Troilo solía decir: “ Ocurre que cuando toco el bandoneòn estoy solo, o con todos, que viene a ser lo mismo”. El 13 de julio de 1938 graban su primer disco de 78 rpm, tenìa del lado A: Comme il faut de Eduardo Arolas y del lado B: Tinta Verde de Agustin Bardi. Todos querian tocar y cantar con Troilo y eso lo demuestra lo que dijo en un reportaje su cantor Roberto Goyeneche (1956/1963) que venìa de la orquesta del pianista Horacio Salgàn: “Salgàn  es un excelente mùsico, pero cantar con Troilo es como estar en la selecciòn”. Todos querian llegar a Troilo, como ese joven y brillante bandoneonista de tan solo 17 años amigo del violinista Hugo Baralis, que en el año 1939 lo iba a escuchar al cafè “El Germinal” y que se sabìa los arreglos de la orquesta de memoria. Un dìa se enfermò “Toto” Rodriguez, se fuè a la pensiòn trajo su fuelle y arrancò a tocar, su nombre Astor Piazzola (1939/1944), Troilo lo apodò “El Gato” porque aparecìa de lugares impredecibles, Piazzola fuè arreglador de la orquesta y ya se venìa perfilando el mùsico que serìa años màs tarde. Pichuco le decìa: “Gato, no me pongas màs notas, que la gente no me baila”. Troilo era un bohemio incansable, contaba Baralis, que en los entre actos del “Marabù” los músicos escondidos jugaban al “Pase inglès”, cuando “Pichuco” los descubría, lo primero que hacia era retarlos y luego apostaba.
 Cuando se va Fiorentino de la orquesta, Troilo contrata a 2 cantantes increíbles: Alberto Marino (1943/1946) y Floreal Ruiz (1944/1948). En el año 1948 Floreal Ruiz recibe una oferta millonaria de Francisco Rotundo para incorporarse a su orquesta.
 Habìa que arreglar el contrato con Troilo, el contrato con la grabadora RCA Victor y arreglar con el cantante, era una fortuna para la época, encima Floreal tenia miedo de que Troilo se enojara cuando le contara que lo iba a abandonar. Pero un dìa tomò animo y lo encarò,  le dijo que se iba a ir con Rotundo y la cantidad de dinero que iba a ganar, entonces Troilo en vez de enojarse le puso la mano en el hombro y le dijo: ”Floreal, si necesitan un bandoneonista, avisame”.
 Cuando se van Marino y Floreal Ruiz, Troilo contrata a Edmundo Rivero (1947 /1950)  y a Aldo Calderòn (1948/1951) .
 El 3 de mayo de 1951 Aníbal Troilo, sufre la tercera gran perdida de su vida, la primera fuè la de su hermanita Concepciòn en el año 1915, la segunda la de su padre Don Aníbal Carmelo Troilo en el año 1926 y la tercera la de ese hermano que le regalo la vida que fue Homero Manzi, Troilo decìa que Manzi era un poeta impredecible, que estaba en el misterio, la noche del velorio, “Pichuco” no resistía màs estar junto al cadáver a su entrañable amigo, se fue y le escribió en su homenaje un tango instrumentado memorable: “Responso”.
 Pocos recuerdan la gira que realizó Aníbal Troilo con su orquesta por Brasil, acompañado por sus cantantes Raúl Berón y Jorge Casal (1950/1955 y 1959), el 23 de noviembre de 1951 Troilo con su orquesta se presenta en el teatro Braz Bandeirantes de San Pablo y apenas se levantó el telón tocaron “Delicado” de Waldir Acevedo y luego Jorge Casal canto “Copacabana”, después tocó sus tangos, ovacionado por los paulistas.
 En el año 1956 ingresan a la orquesta 2 grandes cantantes: Angel Cardenas (1956/1959) y Roberto Goyeneche (quien todavía conservaba una voz impecable). Fin de la década del `50, principios del `60, la cosa estaba complicada para el tango, ya no se bailaba tanto y costaba mantener una orquesta de varios músicos. Troilo con el afán de seguir incorpora 2 mujeres: Elba Berón(1960/1962) y Nelly Vazquez (1963/1965), ingresa también Roberto Rufino (1963/1965), pero la cosa no caminaba , las orquestas ya no se contrataban como antes y Pichuco decide desarmarla y armar conjuntos de menor cantidad de músicos, entonces se une a guitarristas como Roberto Grela y Anibal Arias.
 El 13 de agosto de 1970 grabó sus últimos 2 temas junto a Astor Piazzola: El Motivo de Cobián y Cadicamo y Volver de Gardel y Le Pera. Nos dejó tangos memorables: con Homero Manzi escribió: Sur, Che Bandoneón, Romance de Barrio, Barrio de Tango, con José María Contursi: Toda mi Vida, con Enrique Cadicamo: Garúa y con Catulo Castillo: María, Desencuentro y La Ultima Curda. Julián Centeya, en su verso Pichuco, le dice: …y yo desde el hueso te bato / que sos el bandoneón mayor de Bs. As.
  El domingo 18 de mayo de 1975, partió para siempre el último gran bohemio de Bs. As. Tenía 61 años, pero había vivido como 150.