“BREVE HISTORIA DE UN SUICIDIO INDUCIDO”

 Suicidarse, significa: matarse a si mismo, en el codigo penal que redacta Carlos Tejedor en el año 1864 por pedido del Poder Ejecutivo (aunque parezca mentira) se castigaba al suicidio y al intento de suicidio. Al suicidio se lo castigaba, recayendo sobre sus herederos, privandolos de su herencia o a veces la pena recaia sobre el propio cadáver a quien se lo dejaba sin sepultura, etc. El intento de suicidio se penaba con reclusión de 1 a 3 años, bajo vigilancia en un establecimiento de seguridad. En la actualidad todo esto no constituye delito. En cambio es punible aquel que con su conducta ha instigado o inducido a otro a suicidarse tal como esta contemplado en el artículo 83 del código penal y será penado de 1 a 4 años de prisión. La inducción al suicidio es un delito doloso con 2 variantes: “La inducción mediante amenazas, consejos u ordenes” y “La induccción mediante la colaboración material  por ejemplo si le doy un arma a alguien para suicidarse”.
 Pero esta historia que les voy a contar, no sucedió ni en la Argentina ni bajo estas leyes, sino que sucedió en Alemania a fines de la 2º guerra mundial.
 Era el 6 de junio de 1944, las tropas aliadas desembarcan en las costas de Normandia, era el principio del fin de la 2º guerra mundial, era  “El Dia D”, la idea era liberar a Francia y a Europa del nazismo y ganar la guerra (que fue lo que terminó sucediendo). Un grupo de oficiales  alemanes sospechaban que iban a perder la guerra, entonces planeaban asesinar a Adolf Hitler, provocar un golpe de estado y negociar con los aliados una rendición digna y menos humillante de la que terminaron teniendo.
 Despues de las derrotas que sufrió el ejercito alemán entre 1942 y 1944, Hitler no aparecia en público, ni por el bunker de Berlín, la inteligencia de las SS manejadas por el terrible Heinrich Himmler, le había avisado que un grupo de oficiales alemanes planeaba asesinarlo y apresar a la cúpula nazi. Así fué que este grupo de oficiales rebeldes organizaron el atentado bajo el nombre de “Operación Valkiria”. El 20 de julio de 1944 el Fuhrer organizó una reunión con sus oficiales en la sala de mapas de la “Guarida del Lobo” situada en Prusia Oriental. El coronel Claus Von Stauffenberg entró con la bomba dentro de un maletín, lo dejó debajo de la mesa y con una escusa se retiró del predio. La bomba explotó a las 12:40 hs., mató a 4 oficiales e hirió a otros 5, Hitler  sobrevivió, solo tuvo heridas menores y una leve sordera en su oido derecho. Los Nazis ejecutaron a 200 personas relacionadas con este atentado. El 3º Reich sospechaba que había alguien de alto rango detras de este complot pero desconocian quien era, hasta que en una sala de torturas  se emitió su nombre: Rommel.
 Erwin Rommel habia nacido el 15 de noviembre de 1891 en la ciudad de Brenz al sur de Alemania, ingreso al ejercito alemán en 1910, participó de toda la 1º guerra mundial, era el militar más famoso de Alemania después del Fuhrer. Era un heroe de guerra, fue un genio en tacticas de batallas. En 1940 participó de la invasión a Francia al frente de la “7º división Panzer” (la división fantasma), en 1942 comandó la campaña militar en el norte de Africa al frente de las legendarias “Afrika Korps”, donde recibió el apelativo del “Zorro del desierto” por su habilidad en los desiertos africanos, en 1944 estuvo en la batalla de Normandia donde vió el potencial aliado y sospechó que la guerra se perdía.
 Rommel sabía del atentado, pero nunca participó de ninguna reunión, él admiraba a Hitler y su capacidad de liderazgo y no queria verlo muerto, solo queria dezplazarlo. Rommel fue un caballero con sus adversarios detenidos, nunca quizo participar de política en el partido Nazi ni de ningún campo de concentración.
 Rommel recibió la visita de los generales Burgdorf y Maisel, quienes le propusieron que si se suicidaba la vida de su familia estaba garantizada, pero si lo sometian a un tribunal, lo iban a encontrar culpable y no solo lo matarian a él, sino que matarian a toda su familia, a todo su estado mayor y a sus familias respectivas. Rommel los escuchó, subió al piso superior, entró a la habitación de su esposa y luego de un largo silencio entre otras cosas le dijo:”Vengo a decirte adiós, dentro de un cuarto de hora estaré muerto”, bajó, saludo a todos, tomó su gorra y su bastón, se subió al auto donde lo esperaban los 2 generales,  se tragó la pildora de cianuro que todos los nazis tenian en la muela y falleció, era el 18 de octubre de 1944. Nadie podia saber que fue un suicidio inducido, el que hablara sería ejecutado por traición. El día de su muerte fue declarado día de duelo nacional y su cuerpo tuvo funerales de estado, a los costados de su feretro había una guardia de honor y sobre él una bandera con la cruz esvástica, su gorra y su bastón de Mariscal de Campo (Rommel es el único oficial Nazi que tiene un museo que lo recuerda). Al frente del cortejo fúnebre estaba Adolf Hitler con su más profunda hipocresia y con su mejor cara de tristeza. El Fuhrer no podia dejar que el pueblo alemán supiera que el mejor de sus oficiales ya no creia en él. Y recuerden cualquier parecido con la actualidad es pura coincidencia.        
 Hasta el mes que viene amigos.