”CUANDO LOS ANARQUISTAS ARMABAN BOMBAS EN LOMAS DEL MIRADOR” (Una historia desconocida)

                    Dedicado a: Don Angel Menichelli “Pirincho” (un vecino legendario)

Corria el año 1927, al nº 3438 de la calle Monte Egmont (hoy Tres Arroyos) de la ciudad de Morón, propiedad de la familia Scarfó, llegaron 2 hombres uno era Paulino (hijo del matrimonio) el otro, era un amigo, Severino Di Giovanni. (Los Scarfó no sabían que era el comienzo de los peores dias de su vida).
 Severino llego al lugar con la intención de alquilarles una pieza para él, su esposa Teresa Masciulli y sus 3 hijos: Laura, Aurora e Ilvo y al tiempo comenzaron a vivir ahí. Severino y parte de su familia habian llegado al puerto de Bs. As. desde Chietti, Pcia. de Italia en el año 1923 en el vapor “Sofia”, apenas llega al pais se pone a participar de reuniones antifascistas y otras a favor de la libertad de Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti.Di Giovanni era anarquista, el anarquismo es una filosofía politico social que se opone a toda autoridad, jerarquía o control por considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas, entra en escena en el siglo XVIII y desaparece a mitad del siglo XX. Los anarquistas eran expertos armadores de bombas, lo demostraron entre otras veces cuando en 1909 Simón Radowiski mató al coronel Ramón Falcon, jefe de la policia federal, o cuando en 1923 Kurt Wilckens mató al teniente coronel Varela, aquel que había reprimido la huelga en el sur en 1921, papel interpretado por Hector Alterio en la película “La patagonia rebelde”. Pero tenian un problema, estaban infiltrados y los pesquizas policiales les tenían ubicadas todas sus guaridas en capital, tenían que encontrar un lugar despoblado y alejado para armar sus bombas y eligieron una localidad prácticamente desconocida hasta ese entonces:“Lomas del Mirador”.Tierras pertenecientes a don Ezequiel Ramos Mejía fraccionadas en 1868 y loteadas en 1908, “Lomas del Mirador era una zona alta con un mirador sobre la ruta 3 que servia para ver la llegada de los malones, reconocida como pueblo el 4 de abril de 1909. Es asi que un dia de 1928 llego a la calle Progreso 628 propiedad de doña Ernesta de Reynoso un joven, alto y delgado que quería alquilar la casa para un tal Manuel Iglesias que iba a llegar de España, pago 3 meses por adelantado a razón de $ 45.- por mes y se fué. Este hombre no era otro que Paulino Scarfó y ahí los anarquistas comenzaron a armar las bombas para sus atentados. Pero el diablo metió su cola una vez más y un día al pibe Eugenio Tomé que vivía en su casa de Alberdi 7651 se le escapó una coneja y el chico la comenzó a perseguir a campo traviesa. La coneja se mete precisamente en el terreno donde estaba la casa de la calle Progreso 628, el pibe mira para adentro y parece no haber nadie. Esta todo en silencio. Entonces salta la tapia y se aproxima en busca del animal. En efecto esta allí, junto a la puerta de la cocina, el niño recupera su coneja pero movido por su curiosidad comienza a espiar por las ventanas. Están todas tapadas con papel de diario pegados a los vidrios. La casa no parece habitada. La curiosidad del chico crece. Intenta abrir la puerta de la cocina y ésta cede. Cuando lleva abierta la mitad
se produce una llamarada y una explosión. El chico sale huyendo despavorido y los pocos vecinos que había ya en la calle, alarmados, avisan al pequeño destacamento policial de la zona. Cuando la policía intenta abrir la puerta principal se produce otra explosión. Al ser requeridos los servicios de los cuerpos especiales estos descubrirán un depósito de explosivos y cinco bombas unidas en cadena a un sistema por el cual estallaban ni bien se abría cualquiera de las dos puertas. Es decir, cuando no trabajaban ponían en contacto el sistema explosivo, para que si eran descubiertos nada quedara en pie. De acuerdo al peritaje el sistema completo falló por la excesiva humedad de la casa, ya que las bombas de mayor potencia estaban en el sótano. De haber actuado el complejo explosivo, la casa hubiera volado integramente. Al otro día el diario “Crítica” público: “Hizo falta una coneja para esclarecer los atentados anarquistas”.
El 1º de febrero de 1931 Severino Di Giovanni y Paulino Scarfó fueron fusilados en la Penitencieria Nacional, toda la elite porteña y los principales periodistas del pais presenciaron como moría Di Giovanni sin vendas en sus ojos gritando:
¡ Evvivva lanarchia! bajo las balas de la dictadura de Uriburu. El Bs. As. Herald publicó: “La descarga terminó con la persona más hermosa de las que estaban presentes”, porque este hombre que mató a inocentes y a no tan inocentes y que anduvo por estos pagos, hace más de 80 años, armando bombas, también era capaz de pasarse horas traduciendo obras de filósofos de la talla de Eliseo Reclus o de William Morris o de publicar ese excelente diario anarquista que fué “Cúlmine” o de escribir las más hermosas cartas de amor que yo leí en mi vida dedicadas a la joven América Scarfó de quien se enamoró por su paso por aquella casa de Morón.
 Mas de uno hubiera querido atrapar a Di Giovanni, mas de uno hubiera querido matarlo, pero también mas de uno hubiera querido estrecharle su mano, para que le cuente lo que es morir por un ideal, equivocado o no pero un ideal al fin, como también murió por su ideal en 1863 “El Chacho” Angel Vicente Peñaloza o en 1967 Ernesto “Che” Guevara.
 Y así partió para siempre este joven de tan solo 29 años, enterrado de noche en un lugar desconocido al que el gran Osvaldo Bayer bautizó como “El idealista de la violencia”.
 Nunca mejor aplicada aquella frase del gral. Perón que decía:”Hay odios que honran y enemigos que prestigian”            


                               
                                 Marcelo C. Rizzo