Calle Corrientes...


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“Café Dominguez de la vieja calle Corrientes que ya no queda / café del cuarteto bravo de Graciano de Leone / a tus mesas caian a escuchar tus tangos / Pirincho, Arolas, Firpo y Pacho / era el imán que atraía / como atrae el alcohol a los borrachos / Café Dominguez de la vieja calle Corrientes que ya no queda.”
 Siempre se asoció a la calle Corrientes con el tango, como lo demuestra esta hermosa glosa  de Julián Centeya que realiza la introducción del tango “Café Dominguez” del pianista Angel D'agostino. El “Café Dominguez” quedaba, allá por 1917, en Corrientes 925 para luego transladarse a Corrientes 1537.

 Pero la historia de esta antigua calle ( hoy avenida) viene desde mucho más atrás, que el tango y que sus teatros que empezaron a funcionar a fin del siglo XIX.
 En los tiempos de la colonia,  Corrientes era conocida como el sendero del sol, en alusión a que en aquel 1º recorrido se veía la salida del sol sobre el Río de la Plata, cuando comenzaron a desaparecer las tunas y los arbustos, aparecieron las primeras casas de adobe,  las pulperías y se empezaron a fundarse los primeros barrios porteños, allá por 1738 se la conoció como la “Calle de San Nicolás” este nombre se debió a la iglesia homónima que se demolió a principio del siglo XX para construir el Obelisco. En 1808 en reconocimiento al destacado trabajo que el regidor del Cabildo realizó contra el enemigo durante las dos invasiones inglesas, se la llamó “Calle de Inchaurregui”. Recién en 1822 se convirtió en calle Corrientes en reconocimiento al apoyo que dió la provincia mesopotámica, a la revolución del 25 de mayo de 1810. Estos nombres eran para el tramo que cubre desde el bajo hasta la actual Av. Callao, la decisión de convertirla en calle ancha venía de los tiempos en que Rivadavia era secretario de gobierno y cuando las autoridades notaron que Corrientes era como el eje del centro porteño, querían que tuviera un ancho de 30 varas (26 metros), el tema se retomó recién en 1910 cuando el intendente Joaquín de Anchorena hizo ejecutar aquella iniciativa y recién en 1931 comenzaron a demolerse edificios de la vereda norte para inaugurar una Corrientes ancha allá por 1936.
 Fin del siglo XIX  llegaron los primeros teatros como el “Politeama Argentino” ubicado en Corrientes 1490 y el “Teatro Apolo” en Corrientes 1372 y se empezaron a recibir artistas internacionales de la talla de la actriz francesa Sarah Bernhardt y la diva italiana Eleonora Duse.
 La línea de subterráneos B, que la recorre, se inauguró entre Lacroze y Callao el 17 de octubre de 1930, hasta Carlos Pelegrini el 22 de junio de 1931 y hasta Leandro Alem el 1º de diciembre de 1931.
 Seria muy aburrido si yo les contara uno por uno los cafetines, los bodegones y los teatros que poblaron la calle Corrientes en su larga historia,  para eso lo vamos a dejar al maestro Hector Gagliardi que realizó un verso muy hermoso y muy interesante, donde la recorre desde su comienzo en el bajo hasta su final en Chacarita donde la calle termina.
“ Mi linda calle Corrientes, sos de todos y de nadie / Vas cruzando Buenos Aires con tu ritmo diferente /  Sos hija de Luna Park con av. Madero y te acunan los carteros frente al correo Central / más tarde que te ajustas el talle con Leandro Alem / pasas del Shostem hotel a conquistar la ciudad / Mezclas rotiserías con cafecitos cortados del semillón de parado / Al sundae con leche fría / olor a panaderías  mezclado con cambalache / y empleados de R.H. que pasan la recorrida / y ya más señora y dueña sos Corrientes la que manda / cuando llegas a Esmeralda entre las luces que sueñan / presentas tu línea media / Maipo, Odeón y Tabaris / y preguntas si París nos pide la contraseña / Cuando llegás a Maipú / Recibís del Marabú / Un tango de bienvenida / Mezclás Escalera Real con Generala servida / Opera, Rex, pizzerías, Obelisco, diagonal / bolero sentimental, milonga con variaciones, traje con 2 pantalones y teatro Nacional / Corriente sos el pincel que disimula pesares / y manden tus arrabales que todos te quieren bien / Te acordas cuando Gardel tu morocho del Abasto / encontraba entre canastos su casa de Jean Jaures / Si tu punto terminal es el mío Chacarita, donde un coro de floristas nos canta en el funeral”               



 Hasta el mes que viene amigos